Para gustos los colores y la muchas veces hablada nariz dulce o carnicera es el fiel reflejo de ella ya que podríamos estar hablando largo y tendido los que defienden un comportamiento o el otro y no nos quitaríamos la razón los unos a los otros.
Hablando siempre de perros al natural, los perros de nariz dulce y bajo mi manera de pensar, son perros con un alto instinto de muestra y que caen en ella con facilidad atribuyéndoles por lo mismo una excelencia de facultades olfativas que con el paso de los años y encuentros con la caza se vuelve en una exagerada prudencia y su manera de actuar y en ciertos cazaderos se vuelve en un problema ya que son perros que no ponen la pieza sino que el caliente y la caza se siente molestada a decenas de metros y empieza a patear hacia un sitio algo más seguro y el perro de nariz dulce en estos momentos se debe de volver en rastreador ya que la distancia o las dificultades orográficas impiden que llegue a él la emanación y con esta clase de perros, los cazadores siempre hablan de becadas peonadoras o huidizas y resabiadas y no es otra cosa que el comportamiento de nuestro auxiliar el que las induce a ello, personalmente no me gusta. En cambio, el tipo de perros que llamamos carnicero y su nombre lo dice, ponen carne, llegan a un caliente y su para mí, mayor capacidad reflexiva de saber controlar sus instintos les hace iniciar unos controles y una entrada a la caza y poner a la distancia crítica de huída que su psique le dicta para según qué pieza. Son perros algo más difíciles en su iniciación pero súmamente mucho más efectivos y que nos hacen mucho más fácil la caza una vez consagrados. Os pongo estas tres fotos de una becada blocada por uno de mis carniceros que después de acercarme tanto para la tercera foto voló sin tiempo a dispararla por mi parte, pero para gustos los colores.
Hablando siempre de perros al natural, los perros de nariz dulce y bajo mi manera de pensar, son perros con un alto instinto de muestra y que caen en ella con facilidad atribuyéndoles por lo mismo una excelencia de facultades olfativas que con el paso de los años y encuentros con la caza se vuelve en una exagerada prudencia y su manera de actuar y en ciertos cazaderos se vuelve en un problema ya que son perros que no ponen la pieza sino que el caliente y la caza se siente molestada a decenas de metros y empieza a patear hacia un sitio algo más seguro y el perro de nariz dulce en estos momentos se debe de volver en rastreador ya que la distancia o las dificultades orográficas impiden que llegue a él la emanación y con esta clase de perros, los cazadores siempre hablan de becadas peonadoras o huidizas y resabiadas y no es otra cosa que el comportamiento de nuestro auxiliar el que las induce a ello, personalmente no me gusta. En cambio, el tipo de perros que llamamos carnicero y su nombre lo dice, ponen carne, llegan a un caliente y su para mí, mayor capacidad reflexiva de saber controlar sus instintos les hace iniciar unos controles y una entrada a la caza y poner a la distancia crítica de huída que su psique le dicta para según qué pieza. Son perros algo más difíciles en su iniciación pero súmamente mucho más efectivos y que nos hacen mucho más fácil la caza una vez consagrados. Os pongo estas tres fotos de una becada blocada por uno de mis carniceros que después de acercarme tanto para la tercera foto voló sin tiempo a dispararla por mi parte, pero para gustos los colores.